El espejo del muro.
El sentido de la luz en la sombra.
El interés es el deseo de otro, que entró en mis ojos. No es lo que quiero más bien lo que otros tenían.
Te doy no realmente lo que quiero. Siento querer desear tener. No te gusta lo que quieres. Qué es realmente lo que tienes. Sólo deseas. Lo que tienes es la verdad. No soy yo. Eres tu. Tu eres perfecta conmigo. Si la sombra pudiera ver, no sería un reflejo, sino un ser propio en sí mismo. Sabes que no te gusta lo que tienes. Lo tienes todo. Perfecta. Pero tu espejo no es real. Conmigo eres perfecta. Si eres la luz, y en el muro el espejo son su sombra.
Impulsado a actuar para ti. Lo tuyo va delante de ti. No son celos el odio. Es amor la envidia. Uno, dos, tres, cuatro. Uno, uno, uno uno. Vidrios rotos incapaces de recuperar a su primera forma. Ni verlos completos otra vez. Jamás se pueden reunir. Lo imperfecto no tiene una forma que se recuerde. Es macabra e inacabada. Luz brillante en lo alto que ilumina todo. Por la cual todo lo demás existe. Son por la luz que los reúne a una forma, para que sea. La sombra, son esos macabros e inacabados, que no están completos. Porque están rotos sin forma. Siete, tres, veinte, siete, dos. Cero, cero, cero, cero.
